Un veterinario colegiado en Asturias y destinado en Gijón, Manuel García Gómez, se ha incorporado como reservista voluntario a las Fuerzas Armadas Españolas. Eso significa, según explica García, que durante determinados periodos podrá servir como veterinario en activo para el ejército, que puede necesitar cubrir determinadas tareas.
Manuel García, que actualmente pertenece al Cuerpo Nacional Veterinario, consideró interesante esa figura del reservista voluntario, ya que, según explica, “eso permite adquirir experiencia sobre todo en dos campos: por un lado, el trabajo con animales, como la yeguada del ejército o los perros de sus distintas unidades; y por otro lado, la participación en misiones de cooperación en calidad de experto en seguridad alimentaria u otras tareas”.
Este veterinario vallisoletano afincado en Asturias realizó recientemente una formación básica obligatoria, ya que “no tenía contacto con el mundo militar”. No obstante, tras una jura de bandera en la Escuela Naval Militar de Marín, él y otros dos veterinarios salieron como reservistas con el grado de alférez. Sus compañeros de promoción fueron Francisco José Piña, licenciado por Universidad de Córdoba y Elena García Pedraza, licenciada en la Complutense de Madrid.
Manuel García se licenció en Medicina Veterinaria por la Universidad de León en 2009 y se doctoró Cum Laude en 2015. También tiene un diploma en salud pública. Se desempeñó como veterinario clínico con especialidad en cirugía hasta su ingreso al Cuerpo Nacional de Veterinaria en 2019. Desde entonces ha ocupado diversos cargos relacionados con la sanidad exterior, primero en Santa Cruz de Tenerife y posteriormente en Gijón. A lo largo de su carrera ha participado en varios proyectos de investigación y publicado diversos artículos científicos y de divulgación. Fue nombrado académico corresponsal de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid.
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